• Jesús: no solo es el autor de la salvación ¡hay más!

    A él se lo llama “autor de la salvación” y “autor... de la fe” (Hebreos 2:10; 12:2). Este título posee amplias connotaciones. La palabra griega traducida por “autor” es archēgos. Expresa la idea de un líder. Alguien que va a la cabeza de un grupo abriendo camino para los demás.

  • La obra soberana del Espíritu Santo

    Spurgeon era tan valiente como un león al proclamar el mensaje salvífico de Cristo. Su valentía venía de su confianza en que el Espíritu Santo cambiaría los corazones de los que han sido escogidos para creer en Cristo. En pocas palabras, Spurgeon sabía que el Espíritu garantiza que la Palabra de Dios no volverá vacía. La gracia irresistible es una gracia triunfante.

  • ¿Cómo se hacen discipulos?

    En el Nuevo Testamento, la proclamación de la Palabra es el medio básico por el cual surgen y crecen los aprendices de Cristo. Incluso se podría decir que solo hay una actividad fundamental en la tarea de hacer discípulos —comunicar la Palabra de Dios— y que todos los demás elementos describen al Espíritu que capacita a quienes la comunican y la manera en que estos lo hacen.

  • ¿Cómo usar la humildad para luchar contra la impureza?

    Hijo de Dios, ¡considera tu salvación y sé humilde! Eras un pecador inmundo y miserable. Tu vida estaba llena de rebeldía y odio. Estabas perdido y no tenías ninguna posibilidad de ganarte la salvación por ti mismo. Aun en tu estado lamentable, el amor, la bondad y la compasión de Dios aparecieron en la persona de Jesucristo para salvarte. Esta salvación sucedió, no por algo bueno que hayas hecho, sino simplemente porque Dios es amoroso, bueno y misericordioso. Él no tenía que salvarte. No hiciste nada para merecerlo. Y habría sido perfectamente justo que Dios te dejara en tu pecado, condenado por toda la eternidad.

  • ¿Cómo evaluar a posibles misioneros en tu iglesia?

    El apóstol Pablo nos provee en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9 dos listas muy provechosas de las cualidades que debe tener el carácter de los ancianos; cualidades que en cierta medida deben caracterizar a todas las personas que enviamos como misioneros sean o no sean ancianos. Obviamente, tenemos que ser realistas y entender que siempre hay espacio para crecer, pero a menos que un equipo misionero quiera recibir a alguien que aún necesita desarrollar una gran parte de su carácter, debemos tener la valentía de decirle a dicha persona: “Todavía no”. No tenemos que dejar que esa función recaiga en las organizaciones paraeclesiales.

  • Mi hijo se quiere ir de casa y no estoy de acuerdo con esa decisión ¿Debería obligarlo a quedarse?

    Tristemente, muchos de nuestros hijos quieren tener toda la libertad que disfrutan los adultos antes de estar listos para asumir las responsabilidades que vienen con esos privilegios. A veces se…