¿Cómo puede un cristiano fortalecer su fe?
Luego de afirmar que «la gracia de la fe… es ordinariamente efectuada por el ministerio de la Palabra», la declaración de la Confesión de Westminster sobre la fe salvadora añade: «Por la cual también y por la administración de los sacramentos y la oración, la gracia de la fe es incrementada y fortalecida».
La teología reformada nunca habla de un aumento de la justificación, porque la justificación se sustenta en la justicia de Cristo y no hay nada que podamos hacer para aumentar esa justicia o mérito. Ya es perfecta. No podemos añadirle ni quitarle nada. Sin embargo, la Biblia sí habla del crecimiento de la fe. De hecho, esta crece y disminuye (aunque jamás podrá ser destruida). Nuestra fe en Dios pasa por momentos áridos, cuando gritamos: «¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!» (Mr 9:24). En diversos periodos, la fe con la que nos aferramos a Cristo puede ser más fuerte o más débil. Los escritores de la confesión estaban preocupados por presentar formas en las que puede ser fortalecida. La fe por la cual somos salvos podría ser tan pequeña como una semilla de mostaza, pero esa fe, a pesar de lo minúscula que pueda ser al comienzo, puede crecer y volverse cada vez más fuerte para que nos volvamos cada vez más productivos como cristianos.
No solo el comienzo de la fe depende de la gracia sobrenatural de Dios; el fortalecimiento de la fe se sustenta en la gracia santificadora de Dios. Lo que llamamos los «medios de gracia», los «instrumentos» por los cuales se nos administra la gracia, son muy importantes.
¿Cuáles son los medios de gracia para aumentar la fe?
El ministerio de la Palabra. Mientras más me expongo a la Palabra de Dios, tanto más grande será mi fe. De la misma manera, si soy negligente en la lectura de las Escrituras, me expongo a que las ideas fluyan desde el mundo secular hacia mi cabeza, lo cual puede atenuar el ardor de mi fe. Entonces necesito regresar a la Palabra. Mientras leo las Escrituras y digo: «Sí, eso es verdad», mi alma es avivada. Es por eso que necesitamos estar en la iglesia cada domingo en la mañana y no descuidar tales reuniones (Heb 10:24-25). Necesitamos con urgencia esos momentos para concentrarnos en escuchar la Palabra de Dios.
R.C. Sproul
En este libro, el Dr. R.C. Sproul analiza la definición de la fe en Hebreos 11 —creer en Dios y vivir según Su Palabra— mostrando cómo el pueblo de Dios a través de la historia ha confiado en Él aun sin conocer el futuro. Al igual que ellos, al enfrentarnos a las luchas de la vida, también debemos confiar en Dios.
Si yo pensara que el fruto de mi predicación depende de un solo sermón predicado, abandonaría el ministerio con una tremenda desesperación. Hubo una vez en la que yo impartía una clase de una hora a la semana en una iglesia. Cada semana planteaba una pregunta acerca de lo que había enseñado la semana anterior, y la mayoría de las personas no recordaba lo que yo había dicho. Es lamentable, pero en ese escenario yo no tenía el beneficio que tengo en el contexto del seminario de dar tareas para que los alumnos tengan que leer, repasen sus notas y asimilen el material. En consecuencia, los asistentes a la clase de la iglesia no retenían la mayor parte de lo que aprendían cada semana. Si eso ocurre en una clase de una hora, ¿qué decir de un sermón de treinta minutos? ¿Cuánto impacto causa en las personas? A veces puedo predicar un sermón que ya había dado dos años antes, y nadie se da cuenta. Me preocupa la repetición, pero la gente dice: «¡Ah! ¿Ya había predicado eso antes? Por alguna razón nos lo perdimos». Eso es algo difícil para los predicadores.
Lo que me sostiene es saber que Dios ha escogido la predicación como Su medio para despertar a las personas a la fe y para fortalecerlas en su fe. Él ha prometido que Su Palabra no volverá a Él vacía (Is 55:11). Aunque muchos cristianos no pueden recordar tres sermones que hayan escuchado en sus vidas, sin embargo, cada vez que escuchan la Palabra de Dios —aun si están divagando— ella causa un impacto en ellos. Es un medio de gracia.
La Confesión de Fe de Westminster también señala que la administración de los sacramentos es útil, porque los sacramentos del bautismo y de la Cena del Señor son comunicaciones tangibles y demostrativas (no verbales) de la Palabra de Dios. Son demostraciones de la verdad del evangelio que impacta nuestros sentidos, no solo nuestras mentes. Los sacramentos refuerzan y fortalecen nuestra fe porque refuerzan y fortalecen la Palabra de Dios.
Lo último que se menciona en la cita de la confesión sobre la fe salvadora es la oración. La oración es uno de los medios de gracia más importantes que tenemos para fortalecer nuestra fe. La oración no es para el beneficio de Dios. No oramos para darle información que de otra forma no tendría. No oramos para darle consejo a Dios para que mejore Su administración del universo. Por el contrario, la oración es para nuestro beneficio. Es un medio dado por Dios para pasar tiempo con Él, para adorarlo y agradecerle, y para darle a conocer nuestras peticiones. Posteriormente, cuando nos levantamos de nuestras rodillas, observamos la providencia de Dios obrar en nuestras vidas. En suma, vemos a Dios respondiendo nuestras oraciones. ¿Qué le produce eso a nuestra fe? La fortalece. Esa es la razón por la que la oración es un medio de gracia muy importante.
El ministerio de la Palabra de Dios es de una importancia vital para nuestra fe. Esa es la razón por la que muchos opositores de la confiabilidad de las sagradas Escrituras en nuestro tiempo son un gran peligro para el rebaño. Incluso personas que supuestamente son líderes en la iglesia están cortando el acceso del pueblo de Dios a los medios de gracia más importantes que ellos tienen para fortalecer su fe.
Tienes que decidir: puedes escuchar a los críticos de la Biblia, o bien puedes ir a la Escritura misma. El Espíritu Santo nunca promete ministrar a través de las palabras de los críticos. Pero sí ministra tu alma a través de la lectura y el estudio de Su santa Palabra.
Cuando tengas luchas con tu fe, cuando enfrentes la noche oscura del alma, cuando no estés seguro de en cual situación estás con las cosas de Dios, huye a las Escrituras. Es desde esas páginas que Dios el Espíritu Santo te hablará, ministrará tu alma y fortalecerá la fe que Él te dio en un comienzo.
_________________________
Este artículo Cómo fortalecer tu fe: Medios de gracia y crecimiento espiritual fue adaptado de una porción del libro ¿Qué es la fe?, publicado por Poiema Publicaciones.
_________________________
Páginas 67 a la 72