Sexo durante el periodo menstrual: ¿qué dicen el Antiguo y Nuevo Testamento al respecto?

¿Está bien para los matrimonios cristianos de hoy tener relaciones sexuales si la esposa menstrua?

Un pastor y amigo mío me dijo que esta es una pregunta que le han hecho muchas veces a lo largo de los años. Es una de esas pre­guntas en las que cuanto más se piensa, menos obvia es la respuesta.

Empecemos por lo que sabemos. En el Antiguo Testamento era ilegal que un hombre y una mujer mantuvieran relaciones sexuales mientras menstruaba. Esto se estipula en el Levítico 18 junto con una serie de otros pecados sexuales (principalmente incestuosos): “No tendrás relaciones sexuales con ninguna mujer durante su pe­riodo de impureza menstrual” (Lv 18:19). Levítico 20 enumera los castigos apropiados para cada uno de estos pecados. En este caso, “Si alguien se acuesta con una mujer y tiene relaciones sexuales con ella durante su periodo menstrual, pone al descubierto su flujo, y también ella expone el flujo de su sangre. Los dos serán eliminados de su pueblo” (Lv 20:18). (El lector atento notará que esto suena significativamente más severo que en Levitico 15:24, donde “si un hombre tiene relaciones sexuales con esa mujer, se contaminará con su menstruación y quedará impuro durante siete días”. El comenta­rista Gordon Wenham concilia estas diferencias argumentando que este versículo se refiere a algo accidental y no deliberado, es decir, que la mujer tiene el periodo mientras mantiene relaciones sexuales (ver The Book of Leviticus [El Libro de Levítico], 220).

Así que, la pregunta es: ¿la ley que prohíbe las relaciones sexua­les durante los periodos sigue vigente para los cristianos hoy?

Nuestra relación como creyen­tes del Nuevo Testamento con la ley del Antiguo Testamento no es completamente sencilla. Jesús dijo que no vino a abolir la ley, sino a cumplirla (Mt 5:17); las exigencias ceremoniales y rituales de la ley se han cumplido en Su sacrificio único por el pecado. “Hemos que­dado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu” (Ro 7:6). Las leyes del Levítico fueron dadas a la nación de Israel para un tiempo específico, y ciertamente, dado que el pueblo del nuevo pacto de Dios ya no existe como nación-estado, los castigos enumerados en el capítulo 20 ya no deben llevarse a cabo. (Ver en 1 Corintios 5 la forma en que Pablo instruyó a la iglesia de allí para tratar un caso de incesto).

Sin embargo, el Nuevo Testamento deja claro que hay algu­nas leyes que siguen siendo mandatos para los cristianos. (¡Ver de nuevo 1 Corintios 5!). Jesús no vino a abolir la ley, pero sí aumentó significativamente el estándar de la ley al señalar que la ley de Dios debe gobernar tanto nuestros motivos y pensamientos como nues­tro comportamiento (Mt 5:21-48).

Entonces, ¿de qué se trata en Levítico 18:19?

Menstruación en levítico

Una breve teología de los periodos

Rachel Jones

Una travesía para los que quieren saber más sobre el cuerpo, la feminidad, el tiempo, el dolor y su propósito, y también sobre cómo tener mejores días del mes.

Por un lado, la prohibición de este versículo de tener relaciones sexuales durante los periodos se encuentra junto a una lista de otros comportamientos que una ética sexual cristiana ortodoxa segui­ría considerando moralmente prohibidos (por ejemplo, “Nadie se acercará a ningún pariente cercano para tener relaciones sexuales”, v. 6; “No tendrás trato sexual con la mujer de tu prójimo”, v. 20; “No tendrás trato sexual con un animal”, v. 23). Entonces, ¿tener relaciones sexuales durante la menstruación, al igual que cometer adulterio, es malo en todo momento y en todas las culturas? A favor de este punto de vista está el hecho de que al final de la lista en el ca­pítulo 18, se nos dice que “así se contaminaron las naciones que voy a expulsar ante ti. Incluso la tierra se contaminó; por eso la castigué por su pecado, y la tierra vomitó a sus habitantes” (Lv 18:25). Estos comportamientos no solo eran erróneos para los israelitas; también lo eran para los gentiles que vivían allí antes que ellos.

Por otra parte, esto es lo que dice Kevin DeYoung en un sermón sobre este pasaje:

La frase clave del versículo 19 es “impureza menstrual”. Los maridos no deben tener relaciones sexuales con sus espo­sas en su impureza menstrual. Así que la pregunta es si la menstruación sigue haciendo impura a la mujer.

La respuesta a esa pregunta es “no”. Así que, concluye DeYoung:

La limpieza sigue siendo importante en el Nuevo Testa­mento, pero se convierte en una categoría moral en lugar de ritual. La limpieza se refiere a aquellos actos que son moralmente puros a los ojos de Dios. Así que el principio permanente aquí es que cualquier actividad sexual que te haga impuro es inadecuada para el pueblo de Dios. Pero la pérdida de sangre ya no lo hace a uno impuro.

Sin embargo, una consideración importante es que ir en con­tra de tu conciencia es pecado (Ro 14:23): “Si algo es impuro, lo es solamente para quien así lo considera” (v. 14). Y hacer que otro creyente vaya en contra de su conciencia también es pecado; poco amoroso y destructivo (v. 20; ver Lc 17:1-2). Así que, si tu o tu cónyuge se sienten incómodos con esto, lo más piadoso es errar por el lado de la precaución.

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Este artículo Sexo durante el periodo menstrual: ¿qué dicen el Antiguo y Nuevo Testamento al respecto? fue adaptado de una porción del libro Una breve teología de los periodos, publicado por Poiema Publicaciones

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Páginas 45 a la 50

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