El amor de un esposo cristiano

¿Qué dice la Biblia sobre el esposo?

Las responsabilidades del esposo son enormes, pero no son pesadas. Para poder cumplirlas el esposo debe depender continuamente de Cristo, reflexionar constantemente en el evangelio y en las verdades bíblicas, y estar dispuesto a caminar en humildad. Todo esto conducirá a vidas libres, deleitosas y protegidas de los ataques constantes del mundo. Podríamos describir estas expectativas con dos palabras sencillas.

El amor de un esposo cristiano

Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a Sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia, porque somos miembros de Su cuerpo. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”. Esto es un misterio profundo; yo me refiero a Cristo y a la iglesia. En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo (Ef 5:25-33).

El mandato a amar es dado tres veces en unos pocos versículos. Hombres, parece ser que necesitamos escuchar este mandamiento varias veces. Amar a alguien con un amor bíblico no es fácil. Significa escoger dar, servir, cuidar, proteger y proveerle a alguien aun cuando ella te haga sufrir. Toda persona que haya estado casada por algún tiempo sabe que hay momentos donde debemos amar a pesar de que lo natural sería querer vengarse.

El amor del esposo es comparado con el amor que Jesús tiene por Su iglesia. En Efesios 5 ese amor es descrito como uno que da y que santifica. El amor de Jesús por Su iglesia le costó grandemente. Él fue rechazado, traicionado y crucificado por la gente que amaba. Él soportó la ira de Dios porque los amaba. La Biblia llama a los esposos a amar a sus esposas como Jesús amó a la iglesia. No solo se trata de un proceso que llevaremos a cabo durante toda la vida, sino que es uno que requiere de la obra de Dios en nuestros corazones. Recordar que Jesús ora por nosotros, cumple Sus promesas y nunca nos desampara ni nos deja nos da las fuerzas que necesitamos para amar a nuestras esposas como Jesús ama a Su iglesia.

Este texto asume que te amas bastante a ti mismo. Nuestra cultura habla mucho acerca de la importancia de amarnos a nosotros mismos. Nos dice que solo podemos amar a los demás si nos amamos a nosotros mismos. Pero el testimonio de la Escritura es que ya te amas lo suficiente. Recuerda que muchos se casan no porque aman a la otra persona, sino porque la otra persona les ayuda a amarse a sí mismos más que cualquier otra persona. Ese no es el patrón bíblico. La Escritura enfatiza que debemos amar a los demás.

Esposos, este llamado es enorme. Debe afectar la manera en que tratas a tu esposa cuando llegas del trabajo. ¿Le servirás o esperarás que ella te sirva? Debe afectar la manera en que hablas de ella con otros. ¿Vas a honrarla o a hablar de sus faltas y fracasos? Tu disposición a amar será revelada cuando quieras algo que ella no quiera.

¿Es fácil cumplir con este llamado? ¡Por supuesto que no! Pero es un ejemplo más de la importancia del amor, el cuidado, la gracia y la compasión de Cristo contigo. Puedes elegir amar porque Cristo eligió amarte; puedes confesar tu egoísmo y confiar en que Él te dará el amor que necesitas darle a tu esposa. Puedes elegir dar porque Cristo eligió dar Su vida por ti, y continúa dándote todo lo que necesitas para disfrutar a Dios y glorificarle.

La comprensión de un esposo cristiano

De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes (1P 3:7).

En este versículo hay cuatro elementos que son esenciales para nuestros propósitos. Primero, los esposos deben amar a sus esposas de una manera comprensiva. Dios ordena a los esposos a prestar especial atención a sus esposas. Nota que el llamado no es a las mujeres en general. El llamado es a comprender a la mujer con quien te vas a casar. Esto significa que el esposo va a invertir tiempo y energía en comprender a su mujer.

Rol del esposo según la Biblia

De Camino al matrimonio

Rob Green

Cada pareja comprometida anhela construir un matrimonio duradero y satisfactorio. Pero esto no sucede de forma automática. Esta guía de consejería prematrimonial explora de qué manera temas clave como el conflicto, la comunicación, las finanzas y la intimidad sexual son bien manejados cuando un matrimonio está centrado en Cristo. Las ocho sesiones de esta guía ayudan a las futuras parejas a construir su matrimonio sobre el fundamento eterno de la gracia de Dios.

Nunca olvidaré mi primera lección en este tema. Mi esposa y yo llevábamos menos de un año de casados. Éramos jóvenes: no teníamos hijos ni tampoco muchas responsabilidades fuera del trabajo. Cenábamos juntos varias veces a la semana y usualmente compartíamos durante un par de horas cada noche. Un viernes por la mañana, mi esposa me dijo: “¡Ya quiero que llegue el fin de semana para que podamos pasar tiempo juntos!”. ¡Por un momento pensé que me había casado con una loca! ¡Pasamos tiempo juntos todas las noches! ¿Qué tiene de diferente el fin de semana? Luego aprendí que mi definición de pasar tiempo juntos no era la misma que la suya. Yo pensaba que pasar tiempo juntos era estar en el mismo lugar al mismo tiempo, pero su definición es mucho más restrictiva. Teníamos que estar relacionándonos emocionalmente. Mirándonos a los ojos. Cada uno enfocándose exclusivamente en el otro. ¡Nunca imaginé que pasar tiempo juntos era tan complicado! Cuando te cases, aprenderás que hay muchas “cosas pequeñas” que tendrás que aprender.

Segundo, los esposos deben honrar y respetar a sus mujeres. Ahora que llevo más de veinte años de matrimonio, creo que lo entiendo mejor que antes. Seamos honestos: los dos tienen trapos sucios. Pero mostrar honor y respeto implica dejar los trapos sucios en el armario. En vez de publicar todas las faltas, debilidades y áreas de inmadurez del otro a los demás, un cónyuge piadoso tratará de manejar esos asuntos en privado.

Además, honrar implica valorar el compromiso que tu prometida está a punto de hacer contigo. En el libro de Malaquías encontramos un comentario muy interesante. El Señor está molesto con Su pueblo porque están divorciándose de sus esposas. Al leer el texto, es evidente que los hombres habían vivido con sus esposas durante los mejores años (cuando mejor se veían, cuando más fuerzas tenían y cuando era más probable que pudieran darles hijos). En otras palabras, las mujeres les dieron sus mejores años a sus esposos. Los esposos respondieron divorciándose de ellas después de que pasaban esos años. En la mente de Dios, esto era (y es) muy perverso. Honrar implica tratar a tu mujer con excelencia todos los días de su vida. Yo añadiría que honrar no es simplemente no publicar sus faltas, sino también compartir las maneras en que ella es una bendición para ti.

Tercero, el versículo siete concluye con estas sobrias palabras: “Así nada estorbará las oraciones de ustedes”. Dios dice que hay un sentido en el que nuestras oraciones no serán escuchadas si no tratamos de entender y honrar a nuestras esposas. En la Biblia hay muy pocas ocasiones en las que Dios dice que Él no va a escuchar a Su pueblo. Hombres, consideren seriamente estas palabras.

Cuarto y último, nota que este texto dice “de igual manera”. Este nos lleva a preguntarnos: “¿Igual a qué?”. Al considerar el contexto, vemos la misma frase en 1 Pedro 3:1. Aparentemente, “de igual manera” se refiere a algo que está antes del capítulo 3. Al final del capítulo 2 vemos que Cristo se encomienda a Dios, dejándonos Su ejemplo para que le imitemos. Y es que ser un aprendiz no es fácil. Es trabajo duro. ¿Cómo puedes lograrlo en medio de tantas otras responsabilidades? La respuesta es que debes seguir las pisadas de Jesucristo y encomendarte a Dios. A veces los hombres solo queremos paz y tranquilidad cuando salimos del trabajo. Pero el mandato a ser comprensivos con nuestras esposas suele entrar en conflicto con lo que queremos. ¿Pero no fue ese el ejemplo de Jesús? En el jardín de Getsemaní, Él oró: “… no se cumpla Mi voluntad, sino la Tuya” (Lc 22:42).

Él entendía lo que tenía por delante y no lo anhelaba. Sin embargo, Él sabía que Dios le daría la fortaleza para hacer lo que estaba llamado a hacer. Y Él hará lo mismo por nosotros. Seamos esposos que se encomiendan al plan y a la voluntad de Dios al escoger dedicarle tiempo y atención a nuestras esposas.

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Este artículo el amor de un esposo cristiano fue adaptado de una porción del libro De camino al matrimonio, publicado por Poiema Publicaciones. Puedes descargar una muestra gratuita visitando este enlace.

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Páginas 64 a la 68

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