La resurrección de Cristo y la nuestra
Al considerar la resurrección de Cristo, se han de considerar tres puntos: primero, la necesidad de la resurrección; segundo, las significativas características de la resurrección; y tercero, los usos de la resurrección para consolar al hijo de Dios.
La necesidad de la resurrección
La resurrección de Cristo fue necesaria por tres razones. Primero, Su resurrección mostró una completa victoria sobre la muerte. Para los creyentes, la resurrección confirma que la obediencia plena de Cristo fue tanto una obra de satisfacción perfecta que destruye la muerte, como de naturaleza meritoria, que obtiene vida. Segundo, la resurrección de Cristo era necesaria en virtud de Su naturaleza divina como Hijo de Dios. Él es el autor de la vida; por esta razón no era ni apropiado ni posible que la muerte lo venciera. Por lo tanto, era imperativo que Cristo se levantara de los muertos. Tercero, la resurrección de Cristo confirmó que Su obra sacerdotal consistió en dos partes. Una era la de hacer satisfacción por las demandas del pecado al sacrificarse Él mismo en la cruz. La otra era aplicar la virtud de este sacrificio a cada creyente. Por lo tanto, Cristo se levantó para desempeñar esta segunda parte de Su sacerdocio para Su pueblo.
Las significativas características de la resurrección
La resurrección de Cristo tuvo significativas características. Primero, Él se levantó como una persona pública, poniéndose en lugar de Su pueblo no sólo en la muerte sino también en la resurrección. Por consiguiente, cuando Cristo se levantó toda la iglesia se levantó con Él (Ef 2:6). Segundo, Cristo se levantó a Sí mismo de la muerte por Su propio poder (Jn 2:19; 10:18). Esto demostró que Él no sólo era un hombre, sino también verdadero Dios. Además, esto mostró el poder de Cristo para levantar también a Su iglesia de la muerte a la vida. Tercero, Cristo se levantó también con un terremoto. Esto fue para probar que no había perdido ningún poder al morir y que seguía siendo el Señor absoluto del cielo y de la tierra, ante quien la tierra todavía temblaba.
Cuarto, la muerte de Cristo y la resurrección fueron acompañadas también por otros prodigios. Por ejemplo, Mateo 27:52-53 declara que las tumbas se abrieron y que muchos se levantaron. Esto ocurrió para que la iglesia supiera que existe un poder renovador y vivificante en la resurrección de Cristo, a través del cual Él es capaz de levantar a aquellos que están muertos en pecados a una vida nueva. Este es el significado del orden de todo: Cristo resucitó, luego los santos después de Él; por lo tanto, Él es primogénito de entre los muertos, y muchos lo seguirán al resucitar (Col 1:18).
Los usos de la resurrección para consolar al hijo de Dios
Esto da lugar a considerar los usos de la resurrección para consolar al hijo de Dios. Estos consuelos son tres. Primero, la resurrección de Cristo consuma la justificación de todo aquel que cree en Él (Ro 4:25). Ciertamente, la vida era la paga que Él vino a ganar (Is 32:17); por lo tanto, al haber sido reconciliados por Su muerte, mucho más seremos salvos por Su vida (Ro 5:10).
Segundo, la resurrección de Cristo es el medio por el cual Dios obra la santificación (Ro 6:4-5; 1P 1:3). Como Cristo liberó por Su poder como Dios a Su humanidad de la muerte y la culpa de nuestros pecados, de la misma manera Cristo libera al creyente de la corrupción de la naturaleza en la cual yace muerto –todo para que vivamos para Dios (Ro 14:8).
Tercero, la resurrección de Cristo da a conocer la resurrección de la iglesia. “El que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales” (Ro 8:11). Es por esto que Cristo es llamado las primicias de entre los muertos (1Co 15:20). Su resurrección es la promesa y garantía de la resurrección de la iglesia. Él es la cabeza de Su iglesia; por lo tanto, todos sus miembros deben seguir a Cristo a su debido tiempo. Los piadosos resucitan por el poder de Cristo, Su Redentor, quien los levanta de tal manera que sean partícipes de los beneficios de Su muerte (Heb 3:14) –disfrutar tanto en cuerpo como alma del Reino de los cielos que Él amorosamente ha comprado para ellos. Los piadosos resucitan como Cristo por virtud de la propia resurrección de Cristo. Ellos resucitan, como Él lo hizo, para gloria eterna.
— Adaptado de “La Resurrección de Cristo”, William Perkins en Una exposición del Símbolo o Credo de los Apóstoles
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Este artículo La resurrección de Cristo y la nuestra fue adaptado de una porción de La Biblia de Estudio Herencia Reformada, publicado por Poiema Publicaciones. Puedes descargar una muestra gratuita visitando este enlace.
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